MALA GENTE (157)
La maquina
no se puede parar, es el motor que empuja a hacer lo que hace, rueda a su
antojo y no para por nadie sólo inquieta bastante cuando los acontecimientos no
son lo que esperados.
Cada equipo
equilibra su sitio en posición, cuidando los unos a los otros en comunidad, se
ayudan en lo que limpian, son los nombres de los destinados a embellecer el
planeta.
Los
energúmenos que acorralan a la presa,
que con el viento paraliza hasta el más íntegro en la causa, cuando el
revolvimiento de sangre borbotea como fuente incesante de angustia e injusticia
divina.
Léeme el
sentido de la vida, no espero que sea preciso pero si inciso con los detalles
que entiendan la manera de existir e imperar de abismos que nos acechan por
sobrevivir en caminos muy distintos a los nuestros en lo que se denomina
habitar en paz.

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