LAS ANSIEDADES (153)
Posible la recogida de cosas que quedaron olvidadas en los rincones de las esquinas rajadas por aquellos tiempos en los que se veían mejor las perspectivas.
Dan la
corriente las acciones que con claros mensajes despiertan ésos temores que
muchos callan y otros vacían sus cubos de basura como si por ahí fuera la cosa.
Ruedan las
tardes como roscas que enroscan las mareas que cuando se acercan pierden
presencia por evaporarse la esencia de un atardecer que no para todos es la
misma al parecer.
Mientras se
hacen las leñas que avivan las brasas, se calientan las encarnecidas masas que
con la huella impregna el deseo de morder y llenarse el espíritu comiendo con
las mismas ansias igual que como se ríe y se traga.

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