AMOR Y MUERTE (154)
Caen y se deslizan las inquietudes de los que duermen sin sueños por dormirse esperando que los desnuden con la imagen que se obsesionan por ver y no pueden verse en ella.
Quieren
sentirse, se esperan en los altares de los que marcaron historias que
emocionaron las tiernas armonías de esas tardes de domingo que nunca sabes con
que matar el tiempo y por gracia de un mismo destino se juntaron dos
enamorados.
Si, quiero
sembrar las sencillas horas que acompañan esos días, que placen cruzar cualquier límite, si por
ello tú estás en mis noches ahuyentando los sinsabores de eterna solitud.
Cuando lloro
la ausencia de un vacío en mi interior, por algo que se desvaneció en mi recorrido hacia el camino y comprobar que ya no estás
conmigo.

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