RUMORES DAÑINOS (147)
Sensación inexistente, que días pasados retoman sus acciones, anudan la garganta no dejan pasar por ella nada de nada.
Oí un
chillido agudo y fino que abocado al desfiladero más destrozado por el temporal
abraza ansioso el frío de dos polos opuestos.
Caminan las
preguntas que por sendas distintas, recogen respuestas, muchas de las cuales no se qué contestación dar, según el
extremo norte hace recordar el estado, me preocuparé después cuando hayan
pasado los años.
Cuando los
rumores ensordecen lo que sentimos persiguen el dueño que los realizó en su
esencia desgastan los registros de oyentes que maldicen lo oído, mal olor que
exhala lo que somos de lo que seremos si nos encuentran en lugares que no
sabíamos que podían coexistir.

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